le faltaban las ganas para aguantar,
necesitaba como fuego a la mecha
 la música que diera
a su corazón un pequeño respiro,
latía incesante al ritmo
de un preso perseguido 
por la  justicia,
necesitaba reducir,
no había suficiente sangre
en las venas para alimentar
a ese corazón.
Cuanto más vacío de sentimientos
se creia,
experimentaba como la lava de
su volcán explotaba 
expulsando cantidades incontrolables 
de dolor,
era querer no sentir,
para no tener que aguantar 
las puñaladas de las emociones,
y a la vez
necesitar de lo que tanto odiaba,
para no sentirse abandonado
en el caos del vacío.
 
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