esta boca ya no pide albergue en bocas ajenas,
este corazón ya no late gracias a la fuerza de otros,
mis ojos ya no miran sólo en los reflejos de ojos opacos,
mi piel ya no necesita del calor de un cuerpo endiablado,
porque el miedo a la soledad lo vendí a toda esa gente,
a toda esa gente que me rodeo con abrazos vacíos,
porque me vale sólo con una mirada, con tu mirada
si en ella me veo reflejada entre
cristalinas intenciones.
con palabras sinceras,
esas que surgen sin sentido
de ingenuos corazones
y de caricias,
esas que hacen retumbar,
resucitar, revivir, sonreir,
a cualquier alma apagada.
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