echando de menos

que fácil es querer,
y cuanto cuesta luego olvidar,
no quiero más poesías tristes,
pero aprendí a de un montón de arena, inventar un desierto,
y que un pequeño problema, podría acabar con el mundo entero,
me enseñaron que para vivir, tienes que tener alguien,
personas que hagan que los días vayan deprisa,
y no que cualquier reloj desgaste sus pilas entre
montones de lágrimas echando de menos
cualquier momento pasado,
cualquier persona a la que quiero.

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