miedo...

el mismo miedo de siempre me persigue,
el miedo que hace que la flor pierda las hojas
que le dan vida,
el miedo que dragones imaginarios
incrustaron por cada uno de los pequeños huecos
que quedaban por pervertir,
y crece, y se convierte en pánico a vivir,
a seguir por miedo a avanzar hacia
el camino equivocado,
ya no recuerdo como era eso de cerrar
los ojos, conseguir desaparecer,
y verme a mi misma desde fuera,
de la manera más fría y sincera posible,
y saber que cada uno de los miedos que sentía,
eran sólo otra de tantas pesadillas.

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